Me refugié en la paz y la tranquilidad de mi estudio. Mientras sentía como la luz de la luna invadía el lugar abrí mi nuevo ´libro de magia´y leí un poco más:
-El artista es la mano que ejecuta, tocando una nota o más la cual causa vibraciones en el alma, - volviendo a Kandinsky.
Resulta que lo que parecía ser lo más retorcido que había experimentado tuvo lugar hace varios años. No estaba muy seguro a dónde conduciría todo esto, pero si había alguien que supiera mejor era el Conejo Blanco.
Ya ni siquiera recuerdo en qué momento de mi vida lo cree, quizás en un rato de desesperación. El término amigo imaginario ha sido tan mitificado a través del tiempo que preferiría no emplearlo esta vez. Recuerdo bastante bien la primera vez que miré El Exorcista lo último que dijo haber visto antes de que fuera poseída fue al Capitán Howdy...esperen. Ahora caigo, solamente se aparecía cuando estaba ´enfermo´ pero entonces Madre presumía que casi siempre lo estaba, y yo, la odiaba por eso! La pregunta es, cómo es que pude reprimir exitosamente todos aquellos recuerdos, sería por el Conejo Blanco?
Pero entonces, el fantasma de ´esa´chica no tenía el menor interés en mí, al contrario, quiere que me rinda hacia mi lado espiritual mientras que el resto del mundo terrenal espera que siga siendo Adrian Black.
- Adrian...Adrian-.
- Oh, estás aquí, Mujer, qué pasa, te perdiste o algo?-
- Dios, qué malo es? No deseas que esté aquí, perfecto.- Estaba completamente vestida de negro, excepto por un pequeño suéter azul con sus hermosos ojos del mismo color. Qué más puedo decir, ella me inspiraba.
- No, por favor, no te vayas, disculpa si te he ofendido...ven aquí.-
Y así la envolví y la abracé fuertemente y me sentí tan protegido y a la vez preocupado pues yo presentía que las cosas iban a cambiar; verla llevar aquel pendiente que le di en Navidad afianzó ese horrible sentimiento.
- Veo, que aún lo traes puesto,- le comenté.
- Claro que sí! Yo no olvido tan fácilmente, recuerdas?-
Ah genial, ahora ella estaba empleando mis palabras en mi contra.
- Por qué, estamos celebrando o algo así? Porque no creas que yo no soy esa clase de estúpido novio descuidado que olvida aniversarios con facilidad o los pequeños detalles.
- No, cómo crees?-
- Siento si te he mantenido abandonada todo este tiempo, es sólo que...-
- Entiendo, estás prácticamente casado con tu trabajo, es tan celoso y no vamos a entrar a discutir eso, pero si me dejara robarte por un par de horas para que pasemos un tiempo de calidad tú y yo? Después de todo, es fin de semana, sabes.-
- Y dime qué es lo que tenías en mente? De hecho, SI hay algo qué celebrar...se han vendido todas mis pinturas.-
- Oh, por Dios, de veras? Por qué no me lo dijiste antes?-
- Nunca me gusta hacer tanto escándalo, usualmente me la pasó aquí con una buena copa de vino pero esta noche me dispondré a hacer una excepción porque lo hicimos juntos, solo no pude haberlo logrado, y sin Feivel y sin el Sr. Blackwell...-
- Calla, ya lo comprendo, esto será solamente entre tú y yo, seremos cómplices.-
Adoro cuando empieza a hablar así...
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