Los Diarios del Conejo Blanco

ABUSADO (continúa):

- Sólo déjate caer, dejate caer,- me repetía esas palabras ceremoniosamente como si fueran parte de un conjuro. Tal vez si las pronunciaba el suficiente numero de veces me dejarían adaptarme a mis alrededores y me ayudarían a pasar el resto de la noche.

Pero las luces se atenuaron, un inquietante silencio llenaba el salón pero si alcancé a ver unas jaulas largas estratégicamente bien colocadas esperando a ver si salían lindas chicas de ellas.

Una generosa porción de humo invadió el escenario y poco a poco emergieron dos chicos semidesnudos con el cuerpo pintado de colores plateados usando una cabeza de conejo con orejas extremadamente largas...bueno, esa última parte no me convenció ni así tantito pero lo que sí me agradó es que varios de ellos portaban el símbolo del infinito en sus frentes...como la misteriosa criatura que Caroline había escupido en mi sueño.

Erase la noche antes de Navidad, cuando toda la casa ni una criatura se movía, ni siquiera un ratón,
mis medias fueron colgadas en la chimenea sin cuidado,
esperando que travieso Santa estaría allí ...
Ahora Crasher! Vamos Dancer! Ahora, Prancer y Gran Gran Vixen !
vamos Comet, Cupid, Donna y Glitzen!
Echense al suelo! Echense a la pared!

Bailen, bailen, hasta que no puedan más!
Sus ojos, vaya, cómo brillaban! Sus hoyuelos, qué hermosos!
Sus mejillas como rosas, su nariz cual cereza!
Su boquita dibujada como listón
Su abrigo blanco como un algodón
Yo quise besar, besar, besarlo pero él luego me huyó
Irresistible era él, pero se paso de delineador!

Droogie había destrozado un clásico poema y al mismo tiempo se comportaba como una especie de Santa más glamoroso con todo y sus renos/bailarines/esclavos. Literalmente lucía como toda una femme fatale, inspirada en la estética del filme de la Naranja Mecánica pero reinventada, particularmente vestía de cuero negro complementado con una serie de unos ridículamente altos tacones de aguja; su maquillaje era sencillo mas las pestañas  falsas también eran bastante pronunciadas, y aun así se las ingeniaba para moverse bien toda la noche. Ahora que me daba cuenta ella no era tan alta comparada con sus bailarines.

Lentamente se fueron removiendo sus cabezas de conejo solamente para ver que ellos portaban más maquillaje que su señora, lo cual me recordó a aquel video de los años noventa No More I Love Yous de Annie Lennox.

Los conejos modelos no hacían el menor ruido, en vez de eso llevaban carteles con las simples palabras de 'bueno' y 'malo', algo medio caricaturesco.

Droogie hizo pausa por un momento y propuso un juego, - Bien, bien, bien, han sido buenos niños y niñas este año o han sido unos verdaderos diablillos, pequeños droogs? Averigüémoslo, qué les parece?
Y ahí fue precisamente cuando las cosas se salieron de controlar y me apena un poco hablar de ellas...

  (continúa).