Monday, November 29, 2010

CAUSAS Y EFECTOS SECUNDARIOS

Soy un endemoniado, si no debería serlo. Edith me contó que no pudo conciliar el sueño después de haber visto mi obra casi terminada. Como si hubiese provocado un efecto secundario me platicó una anécdota en la que ella había visto a un amigo de la escuela primaria, el cual era constante objeto de burla y humillaciones.

- Sentí mucha compasión por él, dijo muy suavemente. Quería ayudarlo, de veras, por lo cual nos hicimos mejores amigos. Compartíamos todo sin llegar a ser algo más porque...

- Por qué? -

- Bueno, es que yo entendí desde un principio que tenía otras preferencias, pero le perdí la pista después de entrar a la preparatoria.-

- Y por qué no le has llamado? -

- No sabría ni cómo hallarlo hoy en día, simplemente lo recordé,- dijo ella algo nerviosa.

- Y si utilizas alguna de esas nuevas redes sociales? Uno nunca sabe a quién se puede encontrar.-

POR FAVOR, no seas ridículo, ya no tiene caso.

- Calma, sólo lo decia por curiosidad.-

- Es sólo un sueño, algo debió haberlo desencadenado, eso es todo...-

- Cómo lo que viste ayer?-

ES DIFICIL DECIRLO. YO NO CREO QUE SEA MAGIA...OH...

Pronto se dio cuenta de algo y me miró sonriendo enérgicamente.

- Lo que quieres es que te diga que esto fue el resultado de haberte visto trabajando, eh?-

- Absolutamente, mujer!-

- Bueno, qué puedo decir? Me sacudió, eso es todo.-

- Y?- le dije en espera de algo mas mientras mecia su brazo jugando.

YA BASTA! SI, SI, TIENE ALGO, ES INTENSA Y PODEROSA...

-Uy...- le dije dándole una mirada malévola,- dijiste intensa...-

- Sé lo que quieres, pero no te será facil obtenerlo, así que tendras que esmerarte.-

Ah, diablos! Sólo queria que me diera las gracias, en que estaba pensando ella? Ah...ya veo.

Esta inocente avecilla ya sabía muy bien que cuando se iluminaba mi rostro significaba que esperaba una aprobación. De hecho ya llegábamos al punto en el que nos comunicábamos sin siquiera hablar. Una intensa mirada y el resto salía por logica; si fruncía el ceño significaba que no entendía al principio y que la obra sería un completo enigma. Era como si ella le diese el visto bueno. Pero quien realmente decidía lo que se iba y lo que se quedaba era mi agente Feivel. Solíamos hacer burla de su primer nombre.

- No hay muchos Feivels allá afuera, saben? Díganme cuántos conocen?-

Y yo decía, - Diablos, me venciste; el único que se me viene a la mente es el ratón judío de esa película. -

- Ves, ahí lo tienes! Lo raro es que yo había nacido mucho antes que ese filme saliera.-

- Ni quién lo dude, si no diría que tienes veinte años! -

Así que yo le inventé el mote de Maus, sin ofender. Su familia siempre fueron comerciantes, pero él tenía buen ojo para reconocer artistas cuando los veía. Era notablemente alto, excéntrico con el pelo alborotado, renuente a las moda, pero le gustaba andar de negro como si fuese un mafioso.

La primera vez que ví a este tipo me dijo, -Por favor, tú no eres artista aún.- Tenía que darle la razón, ya que aún no estaba listo para salir al mundo real. Todos querían pegársele en la universidad, ya que trabajaba con grandes nombres. - Tal vez luzcas como uno, pero tu trabajo definitivamente te traiciona!- Luego colocó sus huesudas manos en mis hombros y continuó,

- Debe de venir desde adentro, de las entrañas, ves? Si no provoca alguna reacción inmediata entonces no me sirve de nada. Aún así creo que tienes potencial. Si alguna vez trabajas conmigo tendrás que derramar sangre, sudor y lágrimas! Buena suerte.-

Y bien que le hice caso, mas no me gustaría explicar cómo es que finalmente hice que me contratara...Demonios, una cortada de papel.

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