Monday, November 22, 2010

MANEJAME.

Una ligera fiebre me mantuvo inquieto dando vueltas toda la noche aunque la verdad preferiría pensar que fue el resultado de la insulsa pelea que tuve con mi novia. Cada vez que veo a ambos en mis sueños viajamos por lugares muy remotos, aunque algo me decía en esta ocasión que era mi pueblo de Elyria. Traía una increíble canción de fondo, Supersonic de Oasis. Me clavé tanto con ella de adolescente que me inspiró a adquirir mi primer auto de verdad cuando me hiciera famoso.



Necesito ser yo mismo,
Ya que no puedo ser nadie más
Me siento supersónico
dénme gin tónico
puedes quedarte con el resto mas que tanto lo quieres?
Me haces reír
Dame tu autógrafo
Puedo subirme contigo a tu BMW?
Puedes navegar conimgo en mi submarino amarillo

Total, por alguna maldita razón estaba conduciendo en mis sueño descalzo lo cual supongo que me daba cierta sensacion de libertad. Edith era mi copiloto; se veía como una colegiala rubia y delgada, llevaba el pelo recogido con una cola de caballo y era largo y sedoso. Ella no luce del todo así en la vida real; de hecho tiene estas increibles piernas, ojos azules que me matan, el rostro pecoso y el cabello negro. Alguna vez me contaron que en los sueños la gente aparece como es en realidad, ya veo. Bueno, será eso o estoy desarrollando una obsesión malsana con las rubias.

Edith le tenía pavor a estar detrás del volante, pocas veces le ha tocado hacerlo. Así que le propuse,

- Hagámoslo más riesgoso; tú conduce, yo solamente te guiaré.-

Estaba muerta de miedo la pobrecita.

Así, lentamente se colocó en el asiento. Cabe mencionar que no había detenido el auto para nada, ni siquiera recuerdo a qué velocidad íbamos...a quién le importan los señalamientos, que se vayan al Demonio. El solo acto de verla tomar el volante era para demostrarle que en cierta forma aún llevaba el control de nuestra relacion sentimental, pero ella todavía tenia sus dudas en enredarse con un artista. Algunas otras ex-novias tenían el mismo prejuicio; siempre temiendo hacer algo que después lamentarían el resto de su vida.

No logro entender qué clase de fuerza cósmica nos unió, me niego a tragarme esa basura de que los opuestos se atraen, pero sí estoy de acuerdo en que yo atraigo toda clase de bichos raros.

Mi querida avecilla estaba sintiendose algo nostálgica, después de todo el Día de Gracias se aproximaba y había hecho planes con mucha anticipación, ya que en cierta forma estaba buscando sacarse la espina del año pasado. Debería abrazarla de vez en cuando sin lujuria y es que ahí estaba el problema; si lo vuelvo hacer ella lo malinterpreta.

Me gustaría poder hacer tal cosa como hacer una prueba de manejo con las chicas, resultaría más sencillo que salir.

ADRIAN, TE SIENTES BIEN?

Yo respondí un poco confundido envuelto entre mis sábanas, - Por qué me preguntas eso? -

- Es normal que pregunte eso cuando no te ves tan bien, así como el hecho de que te enfermes, - dijo mientras posó su mano sobre mi frente y rápidamente la retiro asustada, - Cielos! Estás ardiendo, por qué no me dijiste nada antes?-

- No me había sentido asi desde que tenía como siete años, debe ser neumonía.-

-Y todavía tienes el descaro de decir por qué pregunto? Buscará ayuda, pero tienes que ser fuerte, amor, aguanta.-

No podía dejar que este hermoso modelo de cuerpo se estrellara tan fácilmente, así que aunque no me gustara debía dejar que Edith lo cuidara. Después de todo, ella lo adora hasta la muerte.

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