Saturday, November 27, 2010

NO SOY UNA ALIMAñA!

Vaya, me he topado con cada sueño, sobretodo desde que llegué a vivir aqui a mi guarida en Mercer Street. Y es que cada vez que llego a un lugar antiguo me impregno de su historia y tal vez uno que otro espíritu necio.

En esta ocasión desperte en mi estudio. No es raro porque me gusta trabajar hasta tarde, por ello acondicioné una muy sencilla cama rectangular un tanto minimalista diría yo, pero en esta ocasión el acomodo era muy distinto en el sueño. Me miraba sentado en el suelo frente al espejo y al lado tenia un lienzo en el cual presumiblemente estaba haciéndome un autorretrato. Vestía de gris como cuando lo hacía en mis años de secundaria por lo cual probablemente me sentía desganado. Pude notar que una niña queria mi atención pero le dí la espalda.

Luego recuerdo que bajé las escaleras hacia la cocina pero no era para nada como la que tenía ahora, más bien lucía como la de la casa donde crecí en Elyria. Había un niño solitario vestido de negro y al frente de la mesa. Entonces me senté junto a él y me ofrecí a darle el desayuno. Mientras lo hacía sostuve una conversación muy buena con él y le aconsejaba, como tratando de hacer que sintiera mejor. Por otra parte, la niñita me siguió y me saludo por segunda ocasión y yo nuevamente le ignoré. Me retiré de la mesa y volví a mi cuarto con mi 'esposa', quien creo que era Edith.

No soy vidente o un gurú para que todos vengan a mí por un consejo, solamente soy un tipo con mucha suerte descubriendo de que está verdaderamente hecho.

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