Thursday, February 10, 2011

LOS CIEN ACRES DEL INFIERNO.

Le dejé una nota a Edith sobre la mesita de la entrada; eso fue lo que le dije:

Hola preciosa, ando en el lugar de Chelsea para arreglar algunos asuntos, te veo en la tarde. A.B

De nuevo llegó el lunes, 22 de diciembre ya. Cómo vuela el tiempo y siento que en verdad he hecho tan poco. Aún estaba trabajando con el personal para hacer que quedara listo el loft de Chelsea; no  iba nada mal por cierto. Podría cambiarme tranquilamente para mediados de enero del próximo año, justo a tiempo para mi cumpleaños. Sin embargo me moría por contarle a mi novia lo de anoche, esa tal Caroline no era más que un espectro que había estado atrapado en ese edificio desde hacía tantos años, pero la forma en que habíamos hecho contacto sí que era especial, era como, como si estuviese terminando de armar un gran rompecabezas.

Hice una pequeña investigación valiéndome de mis modernas máquinas que todo lo pueden y me llamó poderosamente la atención el término de Hell´s Hundred Acres osea los Cien Acres del Infierno, el apodo que se había ganado SoHo por la gran cantidad de incendios que se sucitaban debido a las malas condiciones de seguridad de las fábricas, especialmente como en la que yo vivo. Como este edificio en particular era bastante robusto los daños fueron mínimos aun así mucha gente pereció en un siniestro que ocurrió allá en los años cincuenta lo que me lleva a entender la razón por lo cual abundarian aquí los espíritus. Sin embargo resolver este misterio no me quitaría tanto tiempo, es como si fuera un deber escolar.

Por otro lado el día de mañana estaría parcialmente ocupado en los pormenores de mi viaje a casa así que estaba haciendo todo lo posible por adelantar varias cosas, vaya que si estaba seguro de que me echarían de menos, especialmente por la mala salud que tenido y porque simplemente le alegro el día a cualquiera con mis historias, por qué no? El casero, un tal Ben era un tipo genial, de hecho el fue quien tuvo la amabilidad de explicarme más acerca de la historia de estos edificios.

Ah, pero mañana sería sin duda una noche para recordar pues sería la fiesta pre navideña de Droogie. De pronto se suponía que me sentiría más importante, hasta tenía admiradores desde el más allá. Jamás pensé obtener tantas satisfacciones de este lugar en la Calle Mercer, creo que se podría pensar que era un regalo venido desde el Cielo.

(continúa)...

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