Tuesday, February 8, 2011

C.K.

Pasaban de las doce de la noche y me encontraba en medio de mi estudio. Me levanté con muy pocas ganas porque me había estado despertando a cada rato sin razón aparente. Por otro lado Edith lucía tan relajada, sería acaso que lo hicimos tan bien?

Diablos, este sitio ya se sentía más bien como un témpano de hielo, hasta podía ver claramente mi aliento. Ah, tenía que  volver a la cama, que incómoda situación, necesitaba unas pastillas.

- Hola, Hola, te encuentras allí?-

Esa voz no le pertenecía a Edith, de eso no había duda...más bien era como de una niña, no tan pequeña. Continué caminando por el cuarto y noté que el piso de duela crujía lentamente pero sí lo suficiente como para dar escalofríos.

Estaba increíblemente oscuro, como si fuese por medio de un túnel; perdí totalmente la noción de donde estaba, tan sólo me interesaba perseguir esa voz...

- Hola, Adrian, vaya, con que ahí estabas!-

Debía tener por lo menos unos diez años. Era rubia y su rostro se iluminaba como cientos de luciérnagas. Llevaba un vestido muy a la antigua como de principios del siglo pasado más o menos, de manga corta y azul mucho muy tenue.

- Cómo fue que llegaste aqui?- la interrogué examinandola minuciosamente.

- Siempre he estado aquí. De hecho he estado haciendo todo lo posible por llamar tu atención desde hace meses.-

- Meses? Cómo puede ser así?-

- Soy Caroline King...C.K., recuerdas?-

- Esas iniciales pertenecen a tu nombre, como en mi visión de la otra noche?-

Corrió hacia mí y me abrazó efusivamente y despues rompió en llanto, pero sentí definitivamente algo falso en su forma de actuar. - Lo siento tanto!...perdóname, no quise causarte problemas.-

- Está bien, está bien, pero aun así no entiendo de qué estás hablando...-

- Me siento terrible por hacer que enfermaras, pudiste haber muerto...-

- Oye, esperas te refieres a aquella ocasión en que terminé en el hospital por una fuerte neumonía, me dices que fue culpa tuya?-

- Es que, acaso no te das cuenta de que cuando me aparezco hace demasiado frío?-

- De modo que eras tú, entonces qué se supone que eres, un fantasma, espíritu, espectro...-

- No lo sé, en realidad no recuerdo cómo llegué aquí en primer lugar, pero tú pareces ser una persona muy muy amable y me dijeron que tal ves podrías ayudarme.-

Definitivamente esta no era una típica conversación como podrán darse cuenta. Así que traté de serenarme sentándome en el suelo haciendo un increíble esfuerzo por averiguar quién era esta niña perdida. Quizá los recuerdos que aún tengo de la visión me ayudarían un poco pero aún así no podía ser, la chica que recuerda era más grande. - Esta bién, me quieres decir quién dijo que podía ayudarte?-

Caroline apuntó hacia el cielo dando a entender perfectamente que se trataban de fuerzas del más allá. - Escucha, sé lo mucho que amas este lugar al igual que yo y sé que te marcharás pronto pero...no puedes irte hasta que logres averiguar qué fue lo que me pasó.-

Ah, genial, una tarea divina. - No es tan difícil, de veras. Debes decirme cómo fue que morí. Este lugar no siempre fue una casa, siento que solía ser algo más como...-

-...Una fábrica?-

- Sí, sí!-

- No grites, podrías despertarla,- dije en voz baja.

- Ella no puede escucharnos mientras estemos aquí dentro.-

- De acuerdo. Edith me mencionó que solía ser una pequeña fábrica, qué más quieres que te cuente?-

- Oh, pero sé que puedes hacerlo porque tienes una máquina muy moderna que te dice todo...-

- Y eso es todo?-

- Sí, pero ya te sientes mejor ahora, ya no estás enfermo?-

- No, me siento bastante bien, niña. Por cierto, quisieras decirme qué Diablos significa el 11?

Caroline nuevamente miró hacia arriba y le seguí la corrriente. Me pidió que la siguiera. - Es la hora marcada en el reloj de la pared.- No recuerdaba haber puesto eso en mi estudio, pero recordemos que estaba en una especie de otra dimensión.

- Las 11:11 de la mañana, es lo último que vi ese trágico día. Depende de tí saber qué es lo que pasó después...-

- Cariño?-

- Qué?...- contesté bastante adormilado.

- Estabas hablando dormido?-

- Edith? Ah, sí, creo que tuve una pesadilla...-

- Pues, tranquilízate, ya me lo contarás en la mañana...-

Me rodeó con sus brazos como si fuera su muñeco favorito. De alguna manera regresé a la realidad pero mi mente estaba más que confundida, a dónde había ido y por qué fui?.

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