Saturday, February 12, 2011

LOS CIEN ACRES DEL INFIERNO (continúa).

- Volviste! De seguro tendrás mucho qué contarme, no es así?- dijo Caroline en un tono bastante falso.

Por alguna razón se la pasaba cambiando de apariencia; en esta ocasión llevaba puestas unas orejas de conejo de hermosa felpa pero eso realmente ni me importaba tanto, supongo que quería simpatizar conmigo.

-Pues, em, la verdad sí, pequeña damita. Quisiera preguntarte algo...quizá te suene familiar el término de los Cien Acres del Infierno?-

Caroline se dejó caer de la impresión y cayó de rodillas. De inmediato cubrió su  pálido rostro y sollozó abiertamente. Me le acerqué para ver si podía tranquilizarla pero me dijo,

- No se supone que debía morir ese día...-contestó en un tono más grave, - de hecho, vine a salvar a mi madre...-

- De acuerdo, pero aun así no prestaste atención a lo que te dije?-

- Estoy plenamente familiarizada con ese término, Adrian, muchas gracias. Este barrio no era muy adecuado para vivir que digamos pero no teníamos mejor opción. Nos vinimos de Jersey, justo después de que Papá murió. Aun así tuve un mal presentimiento sobre este sitio de mala muerte.-

- Un MAL presentimiento, como una premonición?-

- SI! Ahora que empiezo a recordar sufría de terribles visiones. Mamá pensaba que lo estaba inventando todo o que era demasiado floja o necia pero yo bien sabía que habría otro incendio aquella tarde, sabes? Porque tuve una visión la noche anterior en la que la fábrica ardía en llamas, justo como ves ahora mismo. El cielo estaba tan rojo y se podía ver por millas, una enorme humareda!- Caroline cayó nuevamente al suelo cubierto de cenizas, - pero no sirvió de nada...no sabes lo que se siente cuando te das cuenta de que sucederá algo antes que nadie y no poder hacer nada al respecto, de todos modos iba a pasar!...alguna vez has sentido eso? Dime!-

Contesté con toda serenidad, - No, aún no pero he estado escribiendo todas las visiones y sueños que tenido este otoño en mi diario...-

- Pues eso es EVIDENCIA! Yo nunca tuve esa oportunidad pero tú sí! Has notado que has tenido demasiadas coincidencias, verdad? Piensas que es algo tan maravilloso y después a alguien más se le ocurre al día siguiente.-

Debo admitir que eso me sorprendió, - Sí, no te voy a mentir, es completamente cierto. Es como si tuviese esta especie de conexión espiritual con la gente, pero no sucede con todos, al parecer solamente con gente creativa.-

- Como yo y la chica bonita que canta...no debes sorprenderte en absoluto.- Ella tomó mi mano y me llevó hacia un extremo del galerón y por lo que pude notar había algunos dibujos que yo había hecho antes, hace tanto tiempo, como el de un conejo negro con el símbolo del infinito en su lomo. No podía creerlo, seguro que no estaba soñando?

- Por qué se parecía tanto a mi estilo? Acaso tú lo pintaste?-

- En efecto. Recuerdas aquella noche en que Edith estaba fuera y te habías despertado alrededor de las 3:15 de la mañana?-

- Cómo sabes eso?-

- ESO es lo de menos pero tú dibujaste esto.- Y fue entonces que me mostró el garabato del hombre flacucho que estaba en medio del bosque.

- Espero que tengas una explicación decente para eso.-

- Ellos, todos ellos son los Mil, gente como tú y yo que en verdad poseemos talentos únicos. El conejo, sabes es uno de nuestros tantos disfraces...-

Esto se estaba poniendo extremadamente raro como para soportarlo, como aquella ocasión en que Alicia salió del mundo del espejo después de convertirse en reina y darse cuenta de que nada tenía el menor sentido. - Escucha, Caroline, si ése es tu nombre, todo eso suena tan lindo pero no logro entender lo que me dices, de todos modos estás muerta y ya no hay manera de que vuelvas.-

- Ah sí? Y si tan muerta estoy entonces dime cómo es que puedo hacer esto?-

Sentí un dolor punzante en mi pecho como el cuchillo de un carnicero atravesándome...la muy desgraciada se compadeció de mí y corrió a abrazarme con fuerza, - Oh, discúlpame! Yo no, no quise hacer eso, solamente me pasa cuando me siento amenazada, podrías perdonarme, por favor, por favor...-

- De acuerdo, creo que con eso me has dado a entender que eres bastante real...ah, Diablos...pero qué es lo quieres de mí?-

- Los Mil, qué no lo recuerdas, como en la historia que leías cuando eras pequeño?-

- Qué dices? De veras crees en todo eso? Admito que era una novela muy hermosa que desato mi imaginación, pero por supuesto que la crees, si eres una niña! Caminé hacia otro lado del cuarto pateando algunos papeles que había regados mas noté que eran de otra época. No soporté la curiosidad y tomé uno, decia,

Fábrica de Jabones Duncan, 1953. Ahora contratando. Nadie los hace como Duncan...
Qué raro.-

- A veces me siento exactamente como un conejito, como Fiver el que veía el futuro. Yo he estado aquí contigo todo este tiempo viéndote pintar...-

- Mis pinturas?-

- Hay algo en todas y cada una de ellas que atraerán a los Mil...-

- Ah, nuevamente esa palabra! Qué es lo que pretendes con eso?! Ah, claro, el libro, - al parecer se había aprendido prácticamente todo lo que decían en Watership Down. - De modo que los cuadros que he hecho muestran algo más allá de lo evidente?-

- SI! Solamente algunos elegidos tendrán la capacidad de entenderlos y vendrán libremente hacia tí.-

- Escucha, no necesito de estos trucos baratos para vender mi trabajo, esto es un negocio, no un juego de niños.-

- Muy en el fondo sigues igual que yo...Sé que te rehusas a abandonar este edificio, por eso debes luchar por lo que amas! No fue así cuando llegaste aquí por vez primera? Vas a dejarlo tan fácilmente?-

- Mira, eso ya lo decidí y no me iré sólo porque me lo pide un fantasma, te das cuenta de que tan increíblemente absurdo suena eso?-

- Llévame contigo, o de lo contrario...-

- O si no qué?-

- TU sabes...Su supuesto poder sobrenatural, supongo. - Ah, eso? No puedes matarme, tal vez torturarme hasta que pierda la conciencia pero estoy dispuesto a soportarlo...-

- NO! No me refería precisamente a eso. Si me abandonas como lo han hecho los demás antes que tú sería capaz de hacerle daño hasta a tus seres queridos.-

- No te creo, no te atreverías porque como todas las mujeres que se han cruzado en mi camino te conmoverías ante mi dolor.-

- Lo sé! No quiero hacerlo más pero, pero no puedo detenerme.-

- Espera un momento, por qué presiento que en realidad tú provocaste este incendio, digo, puede que haya sido un accidente pero quién no dice que lo hiciste a propósito sabiendo que odiabas  vivir en este barrio?-

- De veras me crees tan cruel?-

Esta chica definitivamente no estaba bien de la cabeza y lo peor es que ya estaba comenzando a fastidiarme.

- Y que harías conmigo si te dijera que es cierto?-

- Estás muerta! Ya no podrás hacerle daño a nadie más!-

- Tal vez yo no, pero tú sí, especialmente si no te cuidas bien...-

(continúa).

No comments:

Post a Comment