Saturday, February 5, 2011

UN CONEJO EN CASA

Por mera curiosidad me topé con esta película en blanco y negro de los años cincuenta mientras andaba fuera que lleva por título Harvey, con James Stewart. Me atrajo poderosamente uno de sus diálogos :

- Tomé un curso de arte el invierno. Logré distinguir un óleo de algo mecánico, como una fotografía. La fotografía sólo muestra la realidad. La pintura no solamente capta la realidad sino el sueña detrás de él. Son nuestros sueños doctor lo que nos mueve. Nos separa de las bestias. Yo no podría soportar esta vida si todo se tratara de tan sólo comer y dormir y despojarme de mis ropas.-

Algo así. Así que tomé una siesta en mi lugar favorito de la sala de estar, creo que eran alrededor de las cinco de la tarde y tan pronto como me desperté recordé haber visto en sueños una película similar a la que mencioné con un tipo en un disfraz barato de conejo y empezó a perseguir a todos por la casa, hasta sus ojos lucían rojos como el fuego. Lo raro de todo esto es que se veía algo enferma, como con un resfriado. Recordó haber visto esto antes y exclamó,

- Oh, ésta es la que solía mirar cuando niña cuando me estaba recuperando.-

Ah y sigo escuchando voces que me dicen - Hola- pero en esta ocasión lo mencionaron dos veces. - Hola, hola-. Tenía una tremenda necesidad de consultar a Ava pero había escuchado que salió de la ciudad y que no volvería al menos por lo que restaba de este año. Lo mismo haría yo. La próxima semana saldría para Elyria pero también necesitaba dejar algunos trabajos adelantados. Casi no descanso, por eso extraño dormir tantas horas. Me reacomodé en el sofá y hasta sentí que Edith me arropó con un cobertor.

- Allí estabas, Tienes frío?- dijo tímidamente.

- Puede que sí, creo que estaba temblando un poquito.-

- Será que te estás enfermando nuevamente?-

- No, no lo creo. No  has sentido una ligera corriente de aire que va y viene sin razón?-

- Pues no que yo sepa. Pero no te serviría de algo que te ejercitaras caminando un poco para mitigar el frío?-

- No...no lo creo, - respondí.

- Te agradó visitar tu antigua escuela?- se refería a nuestro paseo de hoy en la tarde.

- Ah, sí , me pareció buenísimo que rescataran esos viejos bosquejos de Matisse, en verdad me dio mucho en qué pensar.-

- Sí, pero no crees que ha cambiado mucho el lugar desde que saliste?-

- Seguro, seguro...todos me querían mucho, supongo. No recuerdo qué pasó después con exactitud, estaba noqueado pero sí alcancé a escuchar esto:

- Te amo...no trabajes tan duro,- dijo ella.

- Está bien, yo también te amo.- Estaría bien dormidito pero nunca se me olvidará que tienes que responderle a las chicas que también las amas porque si sólo les dices algo tan mezquino como gracias de veras se enfadarán contigo. Me pasó montones de veces.

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