- Lo siento, Edith, debo confesar que te he mentido...-
Vi que ella palideció pero pudo haber sido también a causa de la brisa matutina. Ella jamás había estado aquí en Elyria así que la mañana de Navidad la llevé a un lugar por el cual literalmente me moría por enseñarle y ese sitio no era otro más que el Río Black.
Al este del río había una serie de increíbles cascadas las cuales prácticamente estaban congeladas. Solía ir allí en busca de inspiración cuando era más joven pero llegar hasta ellas era sumamente difícil. No había muchos lugares a cuales ir, sólo ruinas pero a mi lado oscuro siempre le ha apasionado lo antiguo.
- Madre tenía razón, tenía seis años cuando caí a estas agua. Sucede que había visto a un conejo que cayó por accidente y yo traté de bajar a rescatarlo...-
- Ah...- dijo con cierto asombro.
- ...Pero el que resultó ser la víctima fui yo; el hielo era muy delgado y resbalé.-
- Oh Dios! Acaso no había nadie allí cerca para salvarte?-
- Sí, pero de alguna manera salí de milagro. De hecho sí estuve inconsciente por un buen rato. Sentí como el conejo me movió y me empujó con todas sus fuerzas y sentí el impulso de nadar hacia afuera. Después de me alejé del hielo frágil coloqué a esa criatura que me había traído la cual no dejaba de mover sus patas traseras pero desafortunadamente se murió de frío...-
- Oh, no...- dijo ella.
- Sí, sí, sí, dio su vida para salvar la mía aunque debo admitir que su fuerza era tremenda. Yo resolví que en lugar de enterrarlo lo deposité en el agua, de todos modos su destino era ahogarse pero el mío no. Sin embargo después de eso estuve muy enfermo y quería regresar aquí tan desesperadamente pero Madre no me dejaba y fue ahí cuando...-
- Si no ando mal esto se parece mucho a lo que sucedió el noviembre pasado, no es cierto? La historia se repite,- dijo Edith muy atinadamenre mirando por debajo del puente del Río Black.
- Sí, me había dado cuenta que esa fuerza no venía precisamente del cuerpo, viene del espíritu, así que hasta la más pequeña de las criaturas tiene suficiente voluntad de vivir hasta su último aliento, especialmente un conejo, así que yo, yo...- Me incliné en el puente también y no pude evitar sentirme algo emocional, - Me sentí tan mal por ser tan desprotegido y débil, así que dibujé al conejo como un constante recordatorio para que jamás dejara de luchar, como un talismán, un símbolo...-
- Eso es tan tierno,- dijo ella mientras me abrazaba con fuerza.
- Creo haber visto este lugar en mi sueño de anoche, de hecho cada vez que visito a mis padres vuelvo aquí y me quedo tal vez un rato más ya que siento que hay algo que puede estar esperándome allá abajo, como un espíritu...sabes por qué sigo viendo el número once por todas partes?-
- No, nunca me lo dijiste, qué tiene que ver?-
- Verás, el Árbol de la Vida tiene diez esferas que representan el camino hacia el crecimiento espiritual pero existe una onceava la cual está íntimamente relacionada con el conocimiento oculto. Lo leí intuitivamente cuando iba a la biblioteca...se puede decir que tenía mucho tiempo libre.-
- Así que ahora te enfrentas a esto sin sentir remordimiento, genial!-
- Ritual es una pintura importante para mí porque tiene que ver mucho con el lazo que tengo con ese conejo; pienso que él es el blanco y yo el negro, juntos creamos o juntos destruímos el mundo...-
- Como el este día representa el nacimiento de Cristo debería funcionar bien como una buena oportunidad para ser creativo, así que yo creo que nada puede salir mal, verdad? Tú y yo juntos enfrentando los peligros de Nueva York.-
Sonreí mientras ocultaba la cabeza entre mis brazos,- Si tú dices el año siguiente sí que estará cargado de oportunidades.-
- Porque las mereces! Adoras hacer lo que haces, o no?-
- Seguro. Ahora mismo siento que soy una especie de mensajero de las artes oscuras. Ven aquí, cierra los ojos, quiero darte algo,- le dije mientras estiré su mano. - Ábrelos.-
- Quieres darme esto, estás seguro. Es hermoso, algo anticuado, pero muy hermoso.-
- El mensaje es el que cuenta más. El hogar es donde el corazón está. Es un juego de palabras, así que en cualquier vez que te sientas sola piensa que esto es como mi corazón y alma, así siempre tendrás un lugar a dónde ir...Feliz Navidad, pequeña.-
- Gracias...-
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