Sunday, March 6, 2011

ENFURECIDO (continúa):

Ah, por qué no se me había ocurrido, buscar el retrato en el mismo lugar en que Caroline me había mostrado el dibujo del conejo? Ahí es donde fue a parar y ahora que me daba cuenta pienso que pudo haber hecho lo mismo cuando andaba buscando mi cuaderno de dibujo; ya no había duda de que andaba un fantasma en la casa.

El lienzo negro aterciopelado aún estaba cubriendo mi penosa creación pero tan pronto como lo fui descubriendo mis manos temblaban y sentí la necesidad de echarme al suelo ya que me invadía un fuerte mareo.

Dios, no le había echado un vistazo a esto en años y aún me sigue aterrando hasta el día de hoy. Pinté a Lisa tal cual y como era, con lujo d detalle cuando mi estilo no era tan abstracto. Llevaba un increíble y lustroso cabello negro hasta la cintura y su rostro era redondo y pálido; sus labios eran minúsculos y lindos pero a veces los fruncía de manera que parecían un moño bastanye macabro. Su mirada casi podía devorarte aún sin haberte conocido. Su apretujado vestido hacía juego con una agresiva gargantilla y para hacerlo más tenebroso le pedí que pusiera a mi gato siamés favorito en su regazo lo cual explicaría esa singular expresión; prácticamente se odiaban entre sí.

Ahora, no quisiera echarle la culpa del todo a mi embriaguez porque noté como una delagada cruz negra empezaba a aparecer a lo largo y ancho del cuadro como una grieta que brillaba y brillaba y brillaba...

Quería tocarla por mera curiosidad para ver que tan real era y resultó que pude penetrarla como si fuera a través del espejo, sin saber a dónde iría a parar.

Así que logré atravesarla, la pintura eso es, y se sentía aún más helado que en mi propio cuarto, me llegaba hasta los huesos...finalmente logré llegar hasta el otro lado y los alrededores lucían bastante familiares. Estaba dentro de mi estudio, de nuevo! Así que de qué Diablos me estaba quejando?

Debieron haber sido las 4 de la mañana ya, demasiada locura para mí en un solo día más bien empezaba a parecerse como si fuera a una versión mas jodida del País de las Maravillas. Así que fui subiendo lentamente hacia mi cuarto asegurándome de que no hiciese mucho ruido.

Pero esperen...esa no era Edith quien estaba en la cama, no...para mi desgraciada suerte sabía exactamente QUIEN era...

No comments:

Post a Comment