Saturday, January 29, 2011

- Dormiste bien anoche, es sólo una curiosidad,- le comenté a Edith.

- Seguro, si consideras que me abrazaste tan fuerte como a un oso de felpa,- contestó de mal humor.

- No te pongas así, mira, si sonríes de la manera en que sueles hacerlo olvidaré todo lo que sucedió.-

- Pero tú mismo lo dijiste; es tu recuerdo también. Después de todo tuve la extraña sensación de que fui a algún otro lado ayer en la noche,- continuó.

- Como una proyección astral?-

- No!-

- De acuerdo, yo te diré 'a dónde´fui anoche pero primero cuéntame lo tuyo...- me estaba refiriendo a mi sueño.

- De veras siento que me estás analizando, pero ya qué más da...-

Fue hacia la sala de estar y se fue acomodar en el sofá sosteniendo su taza de té exótico. - Fue en diciembre. Estaba corriendo por el bosque cuando tenía tan sólo seis años. En aquel entonces me hacían traer el pelo corto, lo cual odiaba y usaba un suéter rojo muy abultado con unos lindos pantalones rosados. No hacía tanto frío y eso sí que era en verdad raro. Me detuve por un pequeño puente y allí me quedé casi toda la tarde hasta que Mamá me encontró y estaba algo llena de tierra.-

- Pero entonces por qué estabas huyendo? Eso es lo que quiero saber, si no es mucha molestia.-

La voz de Edith comenzó a temblar, - Oh, por Dios, se supone que esto debió haber quedado tan atrás!.- A continuación se cubrió el rostro con las manos y por lo que noté fingió hacer la voz de su madre...estaba literalmente al borde de mi asiento.

- Edie, qué es lo que haces allí abajo, cariño? Mira, si estás tan mojada y sucia!-

- Lo siento pero no deseo regresar a casa ahora...es por el tío Fred.-

- Qué sobre él Siempre te agradó ir y con él y ver a tus primos como Missy o Brian, acaso no te agrada eso?-

- Me dicen que soy una gran mentirosa y que la lengua se me caerá de tantas mentiras...-

- Cuáles mentiras, cariño?-

- ÉL es un hombre muy, muy malo...me hizo hacer cosas que me hicieron sentir asco...-

- Lo siento tanto, no puedo continuar, es demasiado para un solo día.-

Así que me le aproximé y la abracé como la niña perdida y destrozada que era,- Está bien, está bien, pero siento que estás más furiosa contigo misma que lo que estás conmigo. Te das cuenta que cosas así pueden destrozar fácilmente cualquier relación?-

- Disculpa, pero la que debe analizar a la gente soy yo. Fui evaluada anteriormente de lo contrario no estoy capacitada para trabajar.-

- De modo que hallaste alguna manera de coesxistir sin decírmelo?-

- Lo sé, lo sé, pero es que nunca ha sido algo tan sencillo de superar, de hecho me ha perseguido por tantos años. Es por ello que decidí que si no me puedo ayudar a mí misma entonces ayudaría a los demás.-

- Y hasta ahora lo has hecho tan bien, chica! Claro, no me importa si de vez en cuando me utilizas como conejillo de Indias cada vez que pierdo la razón...-

- Adrian, por favor! Ahora tú dime qué fue lo que viste anoche , no fue ése el trato?-

- Oh sí, lo olvidé.- Preferí sentarme en el piso, lo  cual no me importó, me sentí más relajado. De hecho me convidó de su té rojo. Entonces continué,

- Me encontraba en la playa, parece que no era un día de verano porque no se sentía para nada frío. Mientras caminaba me llamó la atención una chica, era rubia.

Era un poco alta y llevaba puesto un hermoso vestido azul celeste transparente.

Pude apreciar su pecho desnudo el cual se veía muy amoratado y lacerado. Traté de hablar con ella pero comenzó a llorar y huyó. Decidí seguirla y me fui a dar a una especie de fábrica. Aparentemente allí hacían jabón.-

- Jabón?-

- Sí, es lo que dije.- Bebí un poco más de té y continué, vaya que estaba relajado, como si tocara el cielo, - Así que fui dentro de la fábrica. Se veía muy antigua, como una galerón de madera.-

- Tal vez es por estos edificios, son muy viejos, sabes. Hay un lugar parecido al que mencionas no muy lejos de aquí.-

- No lo sé pero deja que terminé. Así que me senté junto a la chica mientras la miraba trabajar confeccionando el jabón, casi como algo artesanal. No lo estaba fabricando literalmente, simplemente empacándolo ahora que lo pienso. Le dije que podría ayudarla a sentirse mejor pero me rechazó al principio.-

- Se suponía que la ibas a ayudar?-

- No soy Dios, por qué habría de hacer eso? En fin, después aceptó y terminamos juntos lo que ella estaba haciendo. Sin embargo, por alguna razón yo no debía estar allí...-

- Según quién?-

- Su jefe. No lo ví a él por así decirlo. Viré hacia arriba hacia su oficina. habían unas letras negras en las ventanas, lentamente se empezaron a dibujar solas; C y K. Tan pronto como las leí las ventanas se rompieron, como si no debí haberlas pronunciado en voz alta. Ah, y eso es todo.-

- Tal vez no era tu asunto.-

- Y qué te hace pensar que no eras tú?-

- Claro, por qué sería yo una chica rubia en tu sueño?-

- Porque tal vez sea tu otro yo. Ahora lo veo más claro; tal vez sí seas tú, como si fueras Alicia.-

- Como la de los libros? Y entonces quién serías tú?-

- El conejo, por supuesto! Tiene sentido. Se supone que debo guiarte hacia el País de las Maravillas pero aparentemente tú no quieres ir allí...-

- No intentes sacar conclusiones erróneas, yo soy quien debe sanar a los demás, no lo olvides.-

Edith se estaba poniendo algo agitada así que manejé la situación con más cuidado.- Y qué tal si te dijera que ambos podemos sanarnos mutuamente; a tí te falta algo que a mí se sobra y al contrario, por lo tanto funcionamos bien juntos, no lo crees? Pero si te alejas de mí las cosas se pondrán mucho muy difíciles.-

- A veces me aterra mucho dar el siguiente paso.-

- Por supuesto, lo noté hace varios meses.-

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