Los Diarios del Conejo Blanco

MENTE EN BLANCO

Ahhh, después de que arreglé mis asuntos sociales el día de hoy regresé con el dolor de cabeza más tremendo que jamás pude imaginar. Edith me había dicho que había estado acumulando mucha tensión últimamente y que estaba exagerando hasta la cosa más insignificante. Eso me recordó en cierta forma a los episodios que experimentaba Alicia cuando cambiaba de tamaño. Así que la percepción de las cosas estaba fuera de control y tenía que calmarme para ver qué es lo que en verdad sucedía.

DEBES DEJAR DE DESPERTARTE EN MEDIO DE LA NOCHE, QUERIDO.

- No creo que pueda ya que está un poco en contra de mi voluntad, - contesté muy cortesmente. Llegué y me tumbé en el sofá de mi sala de estar. Ella me trajo un poco de vino lo cual funcionó bien en cierta manera para calentarme.

- Nada de eso, tú puedes hacerlo, estás haciendo un gran escándalo de la nada.-

Y así de esta manera me hizo darme cuenta de ciertas cosas, es decir por qué demonios me estaba despertando a las tres de la mañana? Estaba acostumbrado a dormir por lo menos algo así como entre siete y ocho horas; ahora resulta que es cada dos horas, sería que me estaba volviendo tan hiperactivo como mi conejo?

Además alguna vez me dijeron que para que se me bajara el dolor de cabeza no debía pensar en nada, una mente en blanco, muy irreal porque se supone que debo ser creativo todo el tiempo, cómo iba a suceder? Oh bueno.