Wednesday, January 26, 2011

LAS DOS CARAS DE EDITH

Sabía que se enfadaría ligeramente con esto; saben cuando su novia se pone terriblemente temperamental cuando empiezas a cambiar el menor detalle de tu apariencia? Sí, ella es una de esas pero hice que me viera perder la virginidad de mi piel mientras planeaba mi siguiente paso retorcido; inmortalizar mi arquetipo como un tatuaje y qué mejor forma de hacer que dejar que Fly fuera el autor de este nefasto crímen.

Llevé a Edith hasta Brooklyn del cual tengo gratos recuerdos. Cómo podía olvidar el famoso vandalismo de la calle 87th, un proyecto muy similar al que realicé cuando era un puberto allá en Elyria. Pensé que sería igual pero aparentemente mi trabajo fue perpetrado por otro artista callejero llamado Diego quien pintó sobre mi arte. Se supone que era un composición hecha de pegotes, una técnica que aún sigue en boga. Mi idea representaba una serie de espejos ovalados que contenían reflejos de personas que conseguí como modelos.

Tenía la firme intención de que fuera algo memorable o para dotar de vida a las calles pero entonces aquel tipo anónimo pintó con aerosol en rojo. Viéndolo de otra manera, se podía decir que fue una colaboración accidental porque después me inspiró para plasmarlo en un lienzo y eso sí que me ganó el respeto de los críticos. Atraigo a algunas alimañas muy estúpidas a veces.

Para cuando llegué alrededor de las cuatro Fly nos vino a recibir con la calidez de un tabernero, - Ey, bienvenido otra vez, chico! Sabría que vendrías tarde o temprano!- continuó mientras saludó a Edith, - y hasta trajiste a un testigo!-

- Es mi novia, Edith, de quien te advertí, es mala...-

- Ay, vamos, solamente lo dice para asustarte.-

El estudio siempre lucía lleno. En esta ocasión estaban realizando una pieza en la espalda a este tipo bastante robusto de un gran dragón chino. Se veía que tenía una gran pasión por lo oriental; yo también pero ahora me tocaría hacer algo ligeramente distinto.

(continúa).

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