Thursday, April 14, 2011

MALDITO PARAISO  (continúa):

Esas conejitas...ahora ya empezaba a entender la verdadera dimensión de mis visiones, eran ellas quienes andaban detrás de mi mejor mitad, la más fuerte. Tal vez si fuese más abierto les atraería aún más.




Llevé a Debbie a mi nuevo estudio el cual no lucía del todo terminado pero era como dos veces más grande. Tenía como marco una hermosa ventana en forma de media luna; creo que eso la volvía más romántica y mística.

- Así que dime porqué has elegido al conejo como tu tema principal?- preguntó. Era una de esas raras ocasiones en la que alguién lucía verdaderamente interesado en lo que hacía, hasta se me iluminaron los ojos de felicidad.

- Ah, porque como sabrás, tengo un genuino deseo de reinventar. Ahora, como sé que vas a seguir interrogándome toda la noche te explicaré que en el fondo todos somos como el conejo; criaturas vulnerables siempre huyendo en busca de un lugar más seguro en esta tierra, como la mitad de la gente que vive en esta maldita ciudad, como puedes ver. Sin embargo, ellos no pueden estar solos, necesitan de un buen líder y es ahí donde entro yo. Entonces...

...hace mucho tiempo que me sentía solo y desamparado, tan frágil como el cristal. Nací antes de lo debido, decían que ya no podía esperar más para nacer y salir a conocer el mundo terrenal. Irónicamente, era tan endemoniadamente tímido, Mamá llegó a confundir mi silencio y mi necesidad de aislamiento que pensó que quizás era autista, pero no. Yo encontré la manera de expresarme dibujando, pues se volvió mi más potente arma.

- Así que pasaron los años y como puedes observar cree estas, cosas, como símbolos de fe pues necesitaba ante todo mucha fuerza.-

- Qué lindo!- exclamó Debbie. Por un segundo me invadió un recuerdo en el cual Edith me había hecho la misma pregunta.

- Pero también todo esto me hace tan triste...Soy frágil por lo tanto es mi fragilidad uno de mis atributos que más llaman la atención,- contesté mientras bebía un poco más de absenta.

- No seas tan modesto! Eres lindísimo!-

- No lo creo, y mucho menos si llegaras a conocerme mejor...-

- Basta, volvamos a la fiesta, hay alguien que se muere por conocerte. - Tomó mi mano y la apretujo con fuerza y me llevó a la reunión como si ya hubiese notado que andaba bien relajado y un tanto mareado...pero por favor, que no invocase al Conejo Blanco.

(continúa)...

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