Sunday, December 12, 2010

11

A veces siento que minutos que incluyen al número once como la 1:11 PM sirven para pensar en tantas cosas, además de ser la hora de la comida. En esta ocasión sirvió para la contemplación. Janie y yo, y su equipo creamos una verdadera obra de arte, y pues cómo podría yo describirlo? Los gráficos nipones son capaces de enaltecer cualquier cosa. Ni que yo estuviera despreciando lo que hice pero lucía como arte pop aún más ácido. Su abuso de colegialas ingenuas me recordó a aquellas épocas en las que las chicas pinup eran otra cosa. No se veían para nada degrdantes , se veían bastante poderosas. M. entintó el trabajo con suma meticulosidad y yo rayoneé como cualquier niño cuando le dan su primer crayones.

Pero este ejercicio solamente sirvió de calentamiento. Lo bueno vendría a la hora de desplegar nuestro talento en un viejo edificio en la calle Mercer, el cual no estaba muy aparatdo de mi loft. Seguíamos las tendencias que empezaron otros grupos como el Colectivo Wooster, ya que yo tuve mis raíces en el arte callejero, razón por la cual tenía muchos leales seguidores.

En una ocasión se me había ocurrido cuando todavía estaba en la escuela de arte hacer pegotes con la forma de una criatura zoomórfica con el símbolo del infinto en el lomo brincando. El estilo ha cambiado a través de los años, pero la idea sigue siendo igual. Al principio casi nadie entendió el mensaje, así que después decidimos hacerlo más escandaloso yo y unos amigos empapándonos en sangre falsa o pintura hasta la altura de los hombros semidesnudos, y finalmente incluimos la frase en cualquier espacio vacío de las calles de Spring Street, Mauvais garçon du Mercer Street. Aunque a algunos les pareció jocoso, para otros era un paganismo barato. A veces sí que le sacamos un susto a varias personajes sobretodo en la Noche de Brujas.

Como mencionaba en una entrevista a una revista hace tiempo, si yo llegase a pintar cosas como esas ne colgarían. A veces hasta para una galería por muy poco convencional que sea aún eso resulta ser muy impactante. Los eventos de la última década le dieron muchísimo en qué pensar a esta gran ciudad porque quizás habíamos llegado demasiado lejos y muchos usaron el arte con causa cuando yo solamente buscaba respuestas. Así que el 11 se convirtió en un símbolo de todo aquello que perdimos, una herida abierta tal vez. Hasta yo lamenté el hecho de que varios murales de Miró que estaban ubicados en las Torres Gemelas fueron reducidos a escombros.

Siempre quise seguir sus pasos desde que tengo uso de memoria, pero como algunas personas medianamente ilustradas dirían, pues, no serás ningún Picasso, pero lo que haces sí es bello, como si él ya representara  el estándar para medir el arte moderno. Me pregunto; acaso ya no hay nadie mejor que él? Ya alcanzamos entonces la perfección y no nos dimos cuenta, por qué entonces hacemos lo que hacemos? Pues, podría decírselos así; él cabó un hoyo junto con Braque pero lo hicieron más grande y mucho mejor. Así, su inmensidad atrae a otros, todos queremos un poco de ella y es mucho más que el dinero, la fama y demás cosas terrenales. Y aunque puede que él sólo no haya inventado el Cubismo es una idea que pertenece  a cualquiera que quiera darle cabida en su corazón. Creo que tomé prestadas esas últimas palabras de Janie. Por lo tanto, esta noche haríamos juntos un madriguera más profunda que ninguna otra.

Edith llegó justo a tiempo. Estaba demasiado abrigada como si fuera un regalo envuelto y la cubría una especie de bufanda rosa pastel que hacía juego con sus hermosos ojos azules. Le insistí en venir a este evento para que me admirara en todo mi esplendor. Se mostraba un poco tímida cuando la llevaba por lo cual a ratos la consideraba mi seguidora artística, pero muchos de mis amigos sabían que de alguna manera u otra se las ingeniaba para encajar.

- LUCES MÁS RADIANTE AHORA.-

- Te parece?- le dije. - Con tantas cosas que hemos hecho aquí realmente ni me he dado cuenta, debe ser una fuerza interior, supongo. Hmm, Fuerza.

- SEGURO QUE VOY CONTIGO, ES MUY BUENO CONVIVIR CON GENTE DE OTRAS CULTURAS , SUPONGO.-

Y ésa es la belleza de esta ciudad; entre más me involucre con ella más se encariña con mi arte. Pero honestamente Feivel insiste en que pronto llevemos nuestro negocio hast a el distrito de Chelsea; hay que seguir a la corriente.

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