UN REQUIEM POR LOS MIL.
Estaba todavía renuente de abandonar este barrio tan pintoresco; detestaba que el fantasma del capitalismo transformara estas calles y que me obligara a huir a Chelsea. Algunos de mis camaradas hubieran dicho que me estaba vendiendo. Pensaba para mí mismo, - Bueno, SoHo sí que le ha tocado vivir varias épocas difíciles y los artistas antes de mi venían de paso, por lo cual sera necesario buscar un nuevo hogar seguro y cómodo. He tenido tantas visiones pero esta ha resultado un tanto inesperado, o tal ya me había sido advertido en sueños y yo ni en cuenta.
Me cuesta mucho trabajo dejar ir, pero para darme tranquilidad espiritual decía esta frase del libro de Watership Down que aprendí de memoria desde que era niño:
- Mi corazón se ha unido a los Mil, pues mi amigo ha cesado de correr el día de hoy.-
Llegué a este lugar que tomé como refugio artístico desde los primeros años de la última década. Como muchos traía muchos mitos, pero confieso que entré por mero capricho a pesar de los altos costos, y aunque suponía una idea muy arriesagada, siempre me armé de un plan B. Este edificio al cual llamo hogar me ha hecho sentir que en verdad pertenezco y soy más querido que nunca. Le he hallado una extraña vibra que aún no puedo explicar; no puedes verla, tocarla u olerla pero es muy fácil sentirla.
Así, dejé que invadiera todos y cada uno de mis buenos sentidos para crear endemoniadamente. Empecé realizando pequeños trabajos para la gente pequeña y eventualmente me dí a conocer, por la finísima reputación que me adquirí desde mis días en Brooklyn. Luego vinieron las oportunidades de realizar una exposición individual después de hacer varios méritos.
De esa manera muchos de los necesitados se volvieron mis mejores aliados y seguidores.
Aunque hayan aparecido en mi camino casi de manera accidental Janie y toda su horda de creaciones bizarras de los suburbios aun así soy lo suficientemente paciente como para prestarles atención. Ahora mis sentimientos han mutado y se han vuelto más oscuros; el sueño de anoche realmente representaba toda una visión, ya que en ella asumí el rol de líder, uno sumamente responsable. Mi locura momentánea ya no tenía excusa, debía estar mejor justificada no por el simple hecho de haberme querido tirar de la azotea. A donde quiera que yo fuera sería para vencer.
La noche transcurrió de una forma tan maravillosa, la pasé bien en compañía de una antigua agente, Chloé y su actual pareja Sam. Siempre se las ingeniaban para sacar alguna buena anécdota cuando sentía que yo ya estaba cayendo en la rutina.
- Sabes, cariño, no nos habíamos visto desde aquella fatídica noche de la fiesta de Noche de Brujas, verdad? -
Yo le respondí un tanto distraído, - Oh disculpa, preciosa, me decías? le dije mientras me apoderaba de otra copa de vino tinto, - Seguramente aún no te has repuesto de aquella fuerte impresión, o no?-
Recuerdo bien que Chloé se veía bastante impresionante aquella noche para tener un porte tan conservador, de hecho fue de esas pocas ocasiones en las que asisto a las súper exclusivas y prohibitivas de SoHo. Ella me ayudó en cierta forma tambien a salir del anonimato, antes de que cayera en manos del tal Feivel...jamás olvido a mis viejos amigos.
Chloé no la pasó bien pero vaya que lucía radiante. Había optado por usar un corsé negro muy apretado, como que había aprovechado la ocasión para desdoblarse, pero qué chica no lo hace en el 31 de octubre? La mayoría lucen como tiernas rameras y en la vida real pues sí lo son.
Yo francamente no supe qué hacer, me había intimidado, a Sam le pareció lindo, a quién no? En mi caso me había fabricado un sencillo pero sugrente atuendo que consistía en una cabeza de conejo con un aire de esa que uno veía en los parques de atracciones de los años setenta y andaba por semidesnudo. Aún así, no logró llamar mucho la atención, hubiera sido prácticamente invisible el resto de la velada de no se porqué atraje la mirada de la ya madura Chloé, y además entrada en copas.
Mi presencia le resultó además de sensual e ingenua bastante agradable por lo cual me rogó pasar la noche entera con ella. Le respondí con suma compasión ya que traía tantas cosas acumuladas pero francamente fueron a dar en el lugar y en el tiempo equivocados. Tomando en cuenta lo caballeroso que soy hice de cuenta como si aquello nunca hubiera pasado.
- Absolutamente, ella respondió, como en los viejos tiempos. Oh, querido Adrian, cómo es que fui a entregarte a ese odioso Feivel? -
Y yo le respondí con una actitud más optimista, - No me has perdido; al contrario entre más magnífico me vuelvo más oportunidades tendrás de apreciarme,y no solamente tú sino el mundo entero.-
Claro que esto no cambiaría mucho la situación de mi antigua agente, a lo que Sam respondió tímidamente,
- Esas sí que son palabras sabias, amén.-
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