Tuesday, December 28, 2010

QUERER ES PODER.

Dios, no debí haber bebido tanto y ahogarme en un mar de licor, lo bueno es que mi mente navegó hacia nuevos horizontes y volví a soñar intensamente.

En esta ocasión viajé a una especie de campiña en donde me hallé con una casita de un solo piso, yo estaba algo así como en la sala de estar. También estaba vestido de negro, aunque eso no es tan relevante porque casi todos los días ando así.

Por otra parte tenía diferentes personas  a mi alrededor, gente de confianza mientras les escribía mi testamento y aquí es donde me detengo. Era nuevamente una de esas cuestiones que ponen en riesgo la vida y que eventualmente culmina en la muerte. Si ya había sobrevivido a este fin de semana no me explico por qué habría otra amenaza esperándome.Debo admitir hasta este punto que soy malísimo prediciendo el futuro.

Lo que sí sabía de seguro es que tenía trabajo qué hacer el siguiente lunes para el proceso de mudanza para el nuevo loft, también conocido como mi nuevo juguete. No podía quejarme; las paredes rebasaban los 20 pies de altura, excelente vista al Río Hudson, pero aún asi había algo que no lograba explicar; Edith se la pasaba alegando que mientras estuviese a mi lado se sentía como en casa, y en cierta forma parece una forma conveniente de pensar porque me ha tocado vivir ya en distintas partes de la ciudad pero hasta ahora no he hallado una lo suficientemente grata.

Subí hasta mi lugar favorito en la azotea mientras la ligera briza matinal literalmente me perforaba la piel, debió haber estado a 45 grados Fahrenheit, no estoy seguro. Miraba como el viejo Adam se deleitaba con la vista de mi actual barrio tan querido.

- Qué hay, viejo, cómo te va? - le dije arrastrando ligeramente los pies.

- Oh, hola. Sólo vine aqui para ventilar mis pensamientos, sabes, - me dijo mientras notaba que buscaba calor juntando sus huesudas manos.

- Qué pasó con Mamá el otro día? Se me hizo tan raro que no quisiera hablar conmigo, se muere de ganas de verme...-

- Sí, bueno, a veces le pone demasiado empeño en no estar de buenas, se puso demasiado terca sobretodo por lo ocurrido el mes pasado. Se quedó prácticamente paralizada cuando supo lo tuyo.-

- Ya veo...-

- Después de tantos años no es capaz de hacerse a la idea de que tienes tus propias alas para volar. Aún asi, tampoco trates de hacerte el fuerte, hay que tomar las cosas como vienen, todos somos más fragiles de lo que aparentamos.-

- Lo siento por aquello, trataré de meditarlo mas a fondo, debí haber quedado como idiota; creo que sólo perdí el control, eso es todo.-

- Claro, claro, me alegra mucho escuchar eso pero ya deberías entender que se preocupa mucho a veces que saca de quicio. Además, has logrado hacer en poco tiempo lo que a mí me llevó tantos años...-

- Y eso es? -

- Salir de ese hoyo, con un demonio! -

Por una vez había dejado de sentirme estupidamente egoísta y me dirigí al viejo Adam y lo abracé calurosamente, -Pues, ya sabes lo que dicen, querer es poder.-

- Sabes como te decíamos cuando tan sólo tenías cuatro años? - me dijo.

- Oye, ni siquiera recuerdo lo que me sucedió la semana pasada!-

- Vamos, tú eras nuestro pequeño mounstro que no hacía más que sentarse en el patio trasero a garabatear todo el día hasta sacarle hoyos al papel. Viene de familia sin duda. Tu abuela se puso a pintar desde que papa había pasado a mejor vida. Hizo un retrato, no se parecía mucho a él pero decía que eso es lo que la mantenía alegre.-

- Ya sabía eso desde hace buen tiempo, -pero había una pintura que sí me dio muchísima curiosidad. Era una imagen de Jesucristo ayudando a una mujer indigente.-

- Ah sí, la odiaba creo. La hizo porque se suponía que era un encargo de una amiga pero se aferró a conservarlo ya que ella se creía tan perfeccionista!- exclamó Adam quien se echo a reír.

- Y apuesto a que aún esta allí, verdad?-

- Sí, es lo peor del caso,- dijo el riendo más fuerte. -Jamás quiso venderlo, ya lo olvido, pero creo que entonces te enseñado bien, no es así? Tienes mi espíritu libre, así que no dejes que los demás te digan lo que tienes que hacer con tu vida.-

- Quieres bajar y tomar algo conmigo e Edith? Es tan servicial, y tan adorable. Gracias a ella me he calmado mucho más, debo admitirlo.-

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