Los Diarios del Conejo Blanco

DESPIERTA

- Anda y despierta, dormilón, porqu éste es el día en tus sueños se harán realidad..-

Escuché aquello mientras dormía? No recuerdo muy bien. No, esperen, más bien Edith me sacudió con muchas ganas.

- El viernes llegó muy pronto, no lo crees?- le comenté mientras me miraba al espejo. -Debo acudir a la galería para fijar algunos detalles.-

- Suena bien, pero a qué hora estarás libre?-

- Esa es una excelente pregunta, - dije con mucho desgano,- probablemente a las cuatro de la tarde. Le llamé a mi viejo ayer, así que no tardará en llegar. Qué horas son ahora?-

- Las siete de la mañana.-

- Correcto, el me dijo que vendría como a eso de las diez. Mark también no tarda. Siento tan extraño que todos lleguen tan temprano.-

- Bueno, es que se trata de una ocasión especial. Trataré de no demorar mucho para ver si puedo ayudarte en algo.-

- Estar a mi lado es más que suficiente,- le mencioné a Edith mientras la tomaba por la cintura. Actuaba como si quisiera hacer más de lo que debía por lo cual también suspiraba. Le dije en voz baja, -Quieres saber una cosa? No pude haberlo hecho sin tí...-

Ella se quedó atónita, - Vaya, gracias, pero cómo le llaman ustedes los artistas a esa clase de ayuda...ah, una musa?-

-No, para tí eso no es suficiente, iba a decir diosa pero...-

- No te burles de mí, por cierto, ya averiguaste qué significaba aquella visión del hilo? -

- No, pero ya lo averiguaré después...-

Lo que se convertiría en uno de los días más largos que he tenido empezó en Chelsea sobre la calle 24. Pude ver ver varias galerías relativamente nuevas; una de ellas llamó mi atención, en particular la Gagosian. Muchos grandes nombres ya han pasado por ahí; Koons, Hirst. Recuerdo cómo consideré que Picasso era el estándar del arte moderno? Bueno, pues, ellos se estaban encargando, al igual que yo redefinir ese estándar. Pero, de vuelto a la realidad.

Quería rodear este evento de un increíble misterio, así que le otorgamos especial atención a la iluminación. Tomé la idea de un club nocturno al cual solía ir. Comenzábamos con unas luces de pista colgando del techo, las cuales eran bastante tenues y había tambien otro sistema de luces de contorno las cuales ayudaban mucho a realzar las pinturas.

El dueño de la galería, el señor Simon Blackwell venía de la generación de Mary Boone y ya tenía tres años con el lugar, pero ya se las había ingeniado para halar a algunos jóvenes artistas.

El edificio estaba bastante bien acorde con la arquitectura de Chelsea aunque por dentro lucía increíblemente. Los techos altos me atraían.

El orden en el cual aparecerían los trabajos sería a modo de un diario pues cada pintura sería una representación de una visión, así pues estaba en órden cronológico.

He aquí un ejemplo de las que realicé entre octubre y noviembre.

Conejo Mounstro
El Pozo de los Miedos
Demasiado Delineador
Ritual
El Conejo de la Fuerza Infinita
1:11 AM
Manéjese con Cuidado
Atraigo a Las Alimañas
Hombre Tarot
1:11 PM
11
Las Pesadillas Tienen Muchos Nombres
El Vidente
El Conejo Blanco de Inle
Sangrador
En Modo Neumático
Manéjame
Los Mil
3:15 AM
El Arte Como Un Arma

A la vez también expuse una copia de los bosquejos de algunas de mis pinturas monumentales en el caso de Conejo Mounstro, ya que los resultados finales siempre varían.

Había algunas otras exhibiciones en la galería M. desde octubre, una de ellas era sobre arte low brow. Estuve tentado a adoptar ese estilo años atrás, pero aún me gustaba los de antaño; nada más esplendoroso que el expresionismo.