Vaya, sí que los visiones trabajan de una manera tan caprichosa! Dejé de tenerlas por un rato pero debo agregar el sexo ayudo muchísimo, no había hecho esto desde hace varias semanas. Edith dijo que traía acumulada mucha ansiedad. Y así, sintiéndome increíblemente repuesto trabajé día y noche sin parar, a veces muy cansado pero muy satisfecho.
Había retomado la comunicación con el mundo exterior; finalmente me llamo Feivel.
- HOLA CHICO! ESTABAS MUERTO O QUE? ME AGRADA SABER DE TI NUEVAMENTE, DE HECHO ME QUEDE FASCINADO CON LAS MUESTRAS QUE ME MANDASTE!-
Estaba yo sentado muy a gusto en el piso con mi mascota/modelo a quien llamaba Scraps; un conejo blanco de orejas caídas con ojos perfectamente delineados de negro. Además de parecer hecho a la medida era muy inteligente.
- Como puedes ver he desarrollado un malsana obsesión, contesté con una voz medio cansada.-
- SIN DUDA, ES UNA MUESTRA DE UN RATO DE LOCURA.-
- Eh, más bien de todo un mes,- le contesté.
- CLARO, CLARO, ESCUCHA, HAY QUE APRESURARNOS CHICO, ESTA EXHIBICION ES EN TRES SEMANAS, NO ME DECEPCIONES, EH?...-
- Y desde cuándo te he quedado mal? Como si no me conocieras...-
- ESE ES TU PROBLEMA; JUSTO CUANDO UNO CREE CONOCERTE SACAS ALGO COMPLETAMENTE DISTINTO, Y LE DEVUELVES LA ALEGRIA A ESTE VIEJO; ERES UN DEMONIO CON ROSTRO DE ANGEL...-
Me deseaba, lo sabía, desesperadamente. Sin embargo, respondí con elocuencia, - lo siento mi amigo Maus, puedes quedarte con mi arte, pero en cuanto a mí...ya le entregué mi alma a alguien más hace mucho tiempo...-
- DONDE NO HAYA SIDO AL DIABLO, AUN ASI ME PERTENECES!-
Y no pude evitar reírme de manera cínica, - Ya lo sé, solo estaba probando.-
- NO TE DESAPAREZCAS, POR FAVOR CHECA EL MATERIAL QUE TE MANDE SI ERES TAN AMABLE...-
Odiaba enredarme demasiado en internet ya que una vez que empiezas usarlos tus manos se atascan irremediablemente al teclado mientras tu cerebro es drenado hasta la última gota. Aun así tenía que seguir dando señales de vida si no literalmente me colgarían así nada mas.
Un buen amigo mío, Mark la Place se encargaba de mi sitio web. Era un poco difícil describir la experiencia de visitarla. Siempre fuí muy fanático del trabajo de Joan Miró; pintar con la inocencia de un infante y al mismo tiempo tener ese aire surrealista y rebelde. Siempre insistí en que fuera más interactivo en lugar de que uno solo fuera el espectador. Si lo resumiera en palabras seria algo así como, - ya que haz hecho click en él, ya es tuyo, has sido advertido.-
Claro, la anterior expresión no se refería a que literalmente la gente comprara algo instantáneamente, sería mas bien involucrarse en el acto de comprar una idea, así que el visitante era responsable sobre lo que le diera click. Por ejemplo, si se posaran sobre una imagen en miniatura en la página aparentemente inocente encontrarían algo escabroso. Me recordaba en aquellas ocasiones embarazosas en las que uno iba a la tienda de videos y esperaba ver lo que había anunciado en la cubierta cuando en realidad estaban viendo algo increíblemente obsceno. No que lo que yo pintara fuera así, si no mas bien controversial.
Esta decisión la tomé en respuesta a los comentarios abiertamente cursis, por lo cual mi sitio es sumamente impredecible y críptico. Eso me ayudaba a mantenerme en el negocio.
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